La Policía advirtió 24 horas antes a la delegada que entre los impulsores de la marcha había neonazis
El viernes previo a la marcha nazi se le comunicó al organismo y aún así se mantuvo el itinerario
La Policía organizó un dispositivo especial para encapsular a los manifestantes al saber el sentido de la marcha
La Policía comunicó en tiempo real los gritos homófobos de los neonazis pero la delegada no quiso disolver
La Fiscalía investigará la manifestación neonazi en Chueca
La Policía advirtió 24 horas antes a la delegada del Gobierno, Mercedes González, que entre los convocantes e impulsores de la marcha en Chueca había perfiles neonazis, viejos conocidos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, alguno de ellos incluso con amplias fichas policiales.
La delegada del Gobierno en Madrid se contradice al asegurar que no podía prohibir una manifestación de neonazis en el barrio de Chueca «por el simple hecho de que no nos guste la convocatoria» y al mismo tiempo asegurar que desconocía el perfil tanto de convocantes como de asistentes. Además, no es cierto que la Delegación no pudiera hacer nada para evitar que pasara lo que pasó en Chueca. González podía haberla prohibido por peligro contra personas o contra bienes y la Policía habría actuado si se les hubiera exigido a los convocantes un cambio de itinerario.
«En cuanto vimos qué tipo de asociaciones se estaban adhiriendo a la manifestación no tuvimos ninguna duda del cariz que iba a tomar la manifestación de Chueca. Todos eran viejos conocidos de la Brigada y, de hecho, esa es la causa de que la marcha acabara siendo pastoreada (encapsulada)». Fuentes policiales confirman a OKDIARIO que la detección del tipo de personas, de perfiles neonazis, que iban a manifestarse en las calles de Chueca al grito de «¡fuera sidosos de nuestros barrios!» fue temprana. Esta confirmación deja en muy mal lugar a alguien en la Delegación del Gobierno de Madrid cuya titular a día de hoy mantiene haber sido víctima de un engaño por parte de los convocantes. Sin embargo, la información a la que ha tenido acceso este periódico la desmiente de manera tajante.
Perfiles ultra de los convocantes
La Delegación del Gobierno estaba plenamente al corriente de los perfiles ultras de la convocatoria, tanto que llamó el mismo viernes a la Brigada Policial de Información para confirmar un perfil concreto: el de Alberto Ayala de Cantalicio, miembro de la junta de la Asociación de vecinos San Blas–Canillejas, una de las impulsoras de la marcha. La Policía confirmó el perfil radical de Ayala de Cantalicio un día antes de la marcha. Pese a ello, la delegada del Gobierno la autorizó.
El citado nombre llamó la atención de la Policía desde el primer momento por ser uno de los encargados de difundir la marcha y por ser un viejo conocido de la Policía. Ayala de Catalicio fue detenido en 2002 por los disturbios en un partido del Real Madrid junto a otros miembros de Ultrasur. La nota de prensa de aquel momento destacaba que el mencionado radical había sido arrestado ya cinco veces más por otros ataques. Un año después, de hecho, volvió a dejar constancia de su huella en los archivos policiales: fue detenido por agredir a dos marroquíes.
La plataforma Madrid Seguro fue la solicitante oficial de la manifestación. Pero esa organización aglutina a un largo listado de asociaciones vecinales nuevas, sin mucha actividad. La Policía se percató de ello desde el primer momento, por eso investigaron la presencia de determinadas personas. Enseguida detectaron nombres como del citado Alberto Ayala de Cantalicio, y el de Armando Rodríguez, de la Asociación Carlomagno de Pinar de Chamartín y Hortaleza.
Por si había alguna duda, es fácil ver en la red fotos de Cantalicio con un símbolo nazi tatuado en el pecho junto a dos pistolas y la palabra «Skinheads».
El responsable de Seguridad de la Delegación del Gobierno llamó a la Brigada Policial de Información. Y de todo lo mencionado en este artículo fue informado. Pese a lo cual, y a un día de la manifestación, la delegada del Gobierno, Mercedes González, permitió que la concentración de neonazis tuviera lugar y cruzara el barrio de Chueca al grito de “¡sidosos fuera de Madrid!” y “¡fuera maricas de nuestros barrios!”.
A finales de agosto
La investigación policial comenzó a finales de agosto, cuando surgió la convocatoria de la manifestación con término en la plaza de Chueca por parte de la organización vecinal Madrid Seguro. Entonces agentes de la Brigada Provincial de Información comenzaron a rastrear qué podía haber detrás de un término tan ambiguo como «Di no a las agendas 2030/2050». La investigación no fue especialmente meritoria, ya que entre el cartel que anunciaba la marcha, y que reveló OKDIARIO, las organizaciones que se iban adhiriendo, y los nombres que estaban detrás de estas organizaciones los investigadores pronto comprendieron que lo que se iba a ver por las calles de Madrid hasta la Plaza de Chueca, capital oficiosa del movimiento LGTBI, sería un montón de simbología y expresiones homófobas y de carácter neonazi.
El Cuerpo Nacional de Policía diseñó un operativo que contó con la presencia de sus propios agentes y de efectivos de la Policía Municipal de Madrid. El operativo fue contundente y se preparó con un único objetivo: encapsular la marcha. «Básicamente lo que se hace es impedir que nada salga fuera y nada de lo de fuera entre dentro», explican fuentes policiales a este diario. La cuestión es: ¿supo la Delegación del Gobierno con antelación lo que iba a suceder en Chueca? La respuesta es sí y sin paliativos.
Lo sabían desde el viernes
Este periódico ha podido saber que la Delegación recibió información veraz al menos con 24 horas de antelación sobre el verdadero carácter de la manifestación. De hecho, este periódico puede afirmar que en esa información se usó textualmente la expresión «extrema derecha». Si esa información veraz llegó o no a oídos de la delegada del Gobierno es algo que sólo Mercedes González sabe, y si es cierto que a ella no le dieron información tiene un gravísimo problema en el organismo que dirige.
La delegada del Gobierno se contradice además ofreciendo dos versiones de la misma historia: en una de ellas dice que perseguirá a la asociación convocante por haber engañado a la institución mientras que en la otra asegura que no se puede prohibir una manifestación «sólo por no estar de acuerdo con quien la convoca». Para no estar de acuerdo con algo hay que saber de qué se trata, así que no ha lugar al presunto engaño. Pero hay más.
Dice la delegada del Gobierno que no podía prohibir la manifestación. Las fuentes de OKDIARIO la desmienten y lo hacen tirando de la propia Ley Orgánica que regula el derecho de reunión: según esta norma se pueden prohibir las reuniones o manifestaciones cuando haya razones fundadas de que puedan producirse alteraciones del orden público, con peligro para personas o bienes. Así que sí, Mercedes González podía haber prohibido la reunión, pero es que esa no es la única herramienta a su alcance.
La misma Ley prevé que las autoridades, en este caso la Delegación del Gobierno, no sólo pueden prohibir la marcha, sino que tiene potestad para alterar fechas de celebración, lo que es de importancia nuclear en este asunto: cambiar de lugar para llevar a cabo la marcha.
¿Sabía la Delegación del Gobierno de Madrid que la marcha de Chueca iba a ser de corte neonazi? Sí ¿Sabía la Delegación del Gobierno que esos neonazis irían a Chueca? Sí ¿Tenía la Delegación del Gobierno herramientas para evitarlo? Sí ¿Por qué no lo hizo? La Fiscalía lo averiguará.